En Soria, cerca de Calatañazor, se encuentra el Sabinar de Calatañazor, una joya natural poco conocida que alberga uno de los bosques de sabinas albares mejor conservados, más densos y longevos del mundo. Una visita a este lugar ofrece una lección de botánica y una desconexión radical, ideal para una escapada de fin de semana. La sabina albar, o enebro, es un árbol resistente adaptado al frío, la sequía y la altitud. Su madera es apreciada en arquitectura. Expertos como Javier Prieto Gallego destacan su alta densidad, lo que, junto a su buen estado de conservación, le confiere un valor ecológico y paisajístico excepcional. Ubicado a más de 1.000 metros de altitud, el Sabinar de Calatañazor ofrece un paisaje detenido en el tiempo, protegido como reserva natural desde el año 2000. El silencio, el olor a resina y la presencia de sabinas milenarias crean una atmósfera única. Rutas señalizadas facilitan su recorrido, ideal para un turismo slow. Además, su cercanía a El Burgo de Osma y el Cañón del Río Lobos lo convierte en un punto estratégico para una escapada que combine naturaleza, historia y autenticidad. A pocos minutos se encuentra Calatañazor, con su arquitectura medieval y su rica historia.