El castillo de Loarre, ubicado a poco más de dos horas y media de Soria, se ha posicionado como uno de los destinos más populares para escapadas invernales, gracias a su imponente silueta, su paisaje pirenaico y su excepcional estado de conservación. Durante el puente de diciembre, las bajas temperaturas y el cielo despejado intensifican su atmósfera cinematográfica, atrayendo a familias y viajeros en busca de historia, naturaleza y un lugar diferente para pasar el día. Considerada la fortaleza románica mejor conservada de Europa, se alza sobre un espolón a más de mil metros de altitud. Su arquitectura, con murallas, torreones, pasadizos y la iglesia de San Pedro, está construida directamente sobre la roca, permitiendo comprender cómo funcionaba una fortaleza defensiva hace mil años. El trayecto desde Soria ofrece vistas a las llanuras sorianas, La Rioja o Aragón, y la antesala del Pirineo. El castillo de Loarre conserva salas, galerías, escaleras medievales, la cripta y la Torre de la Reina. El entorno natural que rodea Loarre ofrece un panorama inmenso que cambia con la luz del invierno. Quienes deseen complementar la visita pueden acercarse a Ayerbe o recorrer el embalse de La Peña. Durante el puente, hay visitas guiadas y recreaciones históricas.