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¿Cuál es el secreto de la centenaria de Soria? La literatura, según ella
Teresa Ruiz Bonilla, residente en Soria, cumplió 100 años. Entre sus aficiones destacan la literatura, el ganchillo y el voluntariado, actividades que ha practicado durante gran parte de su vida. Además, asiste a misa diaria y escucha el rosario por la radio.
Nacida en Ágreda el 11 de noviembre de 1925, Teresa Ruiz fue homenajeada en una eucaristía a la que asistieron medio centenar de familiares y vecinos. Hija de Victoria Bonilla y Juan Ruiz Molero, quien fuera alcalde de Ágreda y sacristán de la Concepción, Teresa fue la más pequeña de siete hermanos.
Gran parte de su vida ha transcurrido en Ágreda, donde fue al colegio del Sagrado Corazón Hijas de la Caridad. Después, se trasladó junto a su hermano, sacerdote, a Cueva de Ágreda. Más adelante, regresó a su pueblo acompañando a su hermano, que hacía las funciones de coadjutor en la parroquia de los Milagros.
Tras estos destinos, y después del fallecimiento de su hermano, la centenaria volvió a Ágreda compartiendo domicilio con su hermana Felipa, su cuñado Hilario y sus sobrinos. Posteriormente, comenzó a trabajar en la residencia Sor María de Jesús, donde desempeñó varios puestos hasta su jubilación.
En la actualidad, vive a medio camino entre Zaragoza y Ágreda, junto a sus sobrinas Lourdes y María Teresa.
Teresa nunca se casó, dedicando su vida a cuidar de la gente que más lo necesitaba, tanto en su labor de acompañamiento con su hermano, como también en su trabajo en la residencia de Ágreda, informan desde la Diputación de Soria. En el transcurso del homenaje, la institución provincial le ha hecho entrega del pergamino con el acta de su nacimiento y de una placa conmemorativa. Reconocimiento al que se ha sumado el Ayuntamiento de la villa, cuyo alcalde, Jesús Alonso, le ha entregado un ramo de flores.
Amante de la literatura y de hacer ganchillo, a Teresa le encanta la música y los actos de voluntariado. Desde su juventud ha participado en los coros parroquiales, así como en actividades de Cáritas parroquial. La centenaria escucha misa diaria y reza el rosario utilizando las nuevas tecnologías.
Teresa es una mujer alegre, cariñosa, de carácter afable y tranquilo, a la que le gusta estar pendiente de los demás y que disfruta de la compañía de su familia.
Su gran espíritu altruista, solidaridad y su labor de ayuda y cuidado a los que más lo necesitaban, así como el amor a su pueblo de toda la vida, quizás sean el gran secreto de su longeva y excepcional vida.
