La contaminación del agua potable se ha extendido en la provincia de Soria, y los controles sanitarios de la última década han ayudado a identificar los puntos críticos donde el abastecimiento a través de acuíferos no es aconsejable o está prohibido. La sensibilidad social ha aumentado entre los vecinos de municipios contaminados y las autoridades sanitarias, que exigen garantías para la salubridad del agua de boca. Soria es una de las provincias de Castilla y León con mayor número de municipios con agua potable contaminada, cerca de una treintena, lo que obliga a los ayuntamientos a tomar medidas para corregir el problema y facilitar el abastecimiento a sus vecinos. Consciente de este problema, la Diputación de Soria ha habilitado una línea de subvención para que los ayuntamientos implementen las infraestructuras hidráulicas necesarias. Ocho pueblos se han acogido a las ayudas. Las causas de la contaminación de los acuíferos son variadas: uso de fertilizantes, pesticidas, vertidos de estiércol, tratamiento deficiente de aguas residuales domésticas o industriales, disposición inadecuada de residuos, vertederos o falta de almacenamiento correcto, todo ello relacionado con actividades humanas. En Soria, los principales contaminantes son de dos tipos: nitratos, debido a actividades agrícolas y ganaderas, y arsénico, proveniente de la presencia natural en rocas y minerales. Algunos ayuntamientos han comenzado a instalar desnitrificadoras. El problema del arsénico se ha detectado en Liceras, que ha buscado acuíferos libres de contaminación e implementado la infraestructura necesaria.