Salud
¿Ola de frío en Soria? Expertos revelan cómo protegerte este fin de semana
Protegerse del descenso térmico no implica solo abrigarse; existen métodos más efectivos para afrontar un fin de semana gélido sin sufrirlo. Ante la brusca bajada de temperaturas y el riesgo de heladas, conviene implementar estrategias simples pero probadas. No son trucos milagrosos, pero sí los que mejor funcionan cuando la sensación térmica se desploma repentinamente.
El error más común es ponerse más ropa sin considerar cómo funciona el calor corporal. El sistema de capas sigue siendo el más eficaz: una capa interior que aleje la humedad de la piel, una intermedia que retenga el calor (lana o forro polar) y una tercera exterior que corte el viento.
Esta estructura mantiene el calor sin provocar sudoración, que es lo que realmente enfría el cuerpo. Además, es importante proteger las extremidades: manos, cuello, orejas y cabeza pierden temperatura rápidamente. Un simple gorro puede mejorar la sensación térmica de forma inmediata.
Con el frío repentino, muchas viviendas pierden calor rápidamente. Ventilar diez minutos al día es suficiente para renovar el aire sin enfriar las estancias por completo. Lo ideal es mantener la calefacción entre 19 y 21 grados; una temperatura mayor incrementa la factura sin aportar mayor confort. Cerrar puertas interiores ayuda a conservar zonas calientes y evitar corrientes. Alfombras, burletes o cortinas pesadas pueden marcar la diferencia con un gasto mínimo: no se trata de calentar más, sino de calentar mejor.
El cuerpo genera calor mediante el movimiento. Caminar a buen ritmo, subir escaleras o mantenerse activo durante el día disminuye la sensación de frío. Este efecto se intensifica en días ventosos, cuando la sensación térmica disminuye aún más. El aire frío también reseca, por lo que aumentar la hidratación previene irritaciones respiratorias y mantiene las defensas en buen estado. Infusiones, caldos o agua templada ayudan a mantener una temperatura interna estable.
Si se va a conducir o viajar, es recomendable revisar el estado del vehículo, llevar ropa de abrigo adicional y prever la caída nocturna de temperaturas.
Durante la primera ola de frío, el cuerpo aún no está adaptado, lo que favorece la aparición de resfriados, molestias musculares o cansancio. Por ello, los expertos aconsejan anticiparse: abrigarse un poco más de lo necesario y evitar los cambios bruscos de temperatura.
