La ruta de las Cascadas de Covaleda, considerada una joya poco conocida de la comarca de Pinares, emerge como el plan perfecto para los residentes de Soria que buscan una inmersión en la naturaleza sin necesidad de largos desplazamientos. El recorrido presenta pozas cristalinas, pequeños saltos de agua y un bosque que se transforma con las primeras heladas del puente de diciembre, creando un paisaje accesible y sorprendentemente salvaje. El itinerario se inicia en Covaleda y asciende suavemente, guiado por el sonido del agua. El río Duero, en su nacimiento en Urbión, atraviesa la zona formando rápidos, pequeñas cascadas y remansos donde el aire se impregna del aroma a pino y humedad. El sendero está equipado con pasarelas de madera, puentes rústicos y tramos de ribera, facilitando el avance incluso para familias con niños. En diciembre, el caudal tiende a ser moderado, y las primeras placas de hielo en rocas y troncos añaden un toque invernal que no requiere equipamiento especial, aunque invita a caminar con precaución y disfrutar del entorno. La sucesión de cascadas ofrece saltos breves y escalonados entre pinos centenarios, creando cortinas de agua que, con el frío, pueden formar pequeños velos de hielo. El paisaje se transforma a cada paso, alternando sombras profundas, claros luminosos y paredes de roca junto al río. Muchos senderistas resaltan que estas cascadas ofrecen una experiencia de "bosque secreto" más auténtica que otros lugares más masificados. Para completar la escapada, se puede visitar los senderos de La Dehesa, almorzar en Covaleda o desviarse a Duruelo o Vinuesa.